El videillo de la semana...

lunes, 30 de enero de 2012

Bases teórico científicas de la participación ciudadana

Por: Lic. Luis Marín
lmarin@socialconsultores.com

Empezaremos con las teorías estructuralistas perfiladas por Anthony Giddens en las nuevas reglas del método sociológico. La teoría de la “estructuración” formulada por Anthony Giddens en los años setenta y expuesta plenamente en su obra: La Constitución de la Sociedad (Giddens, 1984), intenta no sólo conceptualizar el dualismo “estructura-agencia”, sino que ofrece una manera de vencer este dualismo afirmando que la estructura misma es dual: la dualidad de la estructura.

Es así como Anthony Giddens va a la vanguardia en formular una teoría que da cuenta de un fenómeno muy poco trabajado dentro de las ciencias sociales: la modalidad en que los sistemas sociales se constituyen a través del tiempo y del espacio . Para avanzar hacia esta dirección, reformula el trabajo del geógrafo sueco T. Hägestrand y desarrolla el concepto “locale” para delimitar el espacio que proporciona un contexto para la interacción humana y se constituye en el elemento básico para determinar la zonificación de las interacciones sociales rutinarias. Un elemento central en la teoría de la estructuración, son las prácticas sociales que se suceden en el espacio-tiempo (Giddens, 1984, 10-139).

Además, debemos considerar dos entradas teóricas que privilegian el rol de los actores: el desarrollo local y el empoderamiento. El Desarrollo Local, habla de “Proceso de desarrollo humano integral que parte y se verifica en espacios locales en los que las personas se encuentran y relacionan entre sí y pueden crecer en seis dimensiones, lo social, económico, político, cultural, ético, ecológico” ; otro concepto desarrollado es “proceso concertado de construcción de capacidades y derechos ciudadanos en ámbitos territoriales político administrativos del nivel local, que deben constituirse en unidades de planificación, de diseño de políticas, estrategias y proyectos de desarrollo en base a los recursos, necesidades e iniciativas locales” . Ambos casos evidencian que si el proceso de desarrollo de carácter integral se circunscribe a un territorio específico estamos hablando de Desarrollo Local que no significa distrital, provincial o regional, sino es un espacio físico, que “puede ser un barrio, una zona, una micro región, un país, en donde existan un conjunto de elementos en interacción dinámica, localizado dentro de los límites...” , en este caso específico nos referimos al espacio de Lima Metropolitana.

El desarrollo local entonces, privilegia un tipo de desarrollo, el desarrollo endógeno, es decir; considera las potencialidades y a los actores de cada territorio, e invita a una participación activa de los mismos en los procesos diversos que enfrentan las ciudades. En este caso, una lectura desde el desarrollo local se hace necesaria debido a los niveles de participación de los líderes, dirigentes y miembros de las organizaciones sociales, porque a lo largo de los años han participado desde sus actuales organizaciones o desde las territoriales, en las decisiones que influenciaron la construcción de sus localidades.

Por otro lado, se resalta al ser humano, entendiéndolo no sólo como objeto sino también como sujeto de su propio desarrollo, donde las capacidades humanas se generen adecuadamente y exista la capacidad de toma de decisiones que permitan insertarse exitosamente en espacios mayores a su ámbito de intervención, estas decisiones se darán en todos los sectores tanto públicos como privados, buscando actuar de manera coordinada y consensuada para alcanzar el desarrollo armónico. Este desarrollo implica el uso adecuado y sostenible de los recursos de un territorio (humanos, financieros, de infraestructura, etc.).

Y estos pasa en todos los ámbitos territoriales, pero es en las ciudades, que son cada vez más independientes, autónomas y con otro tipo de responsabilidades, las que son llamadas a promover procesos de desarrollo tomando en cuenta todas estas condiciones preexistentes, tanto a nivel interno como externo. Por ello algunos hablan de lo glocal (Robertson: 1992), refiriéndose con ello a que desde las ciudades se debe actuar local y pensar global, tomar las decisiones en los territorios micro de acuerdo a las tendencias del sistema mundo, tanto económicas, políticas, energéticas, financieras, etc.

Por otro lado, el empoderamiento proviene del verbo en inglés empower, asociado a la idea de que una persona ejerce poder. En la realidad latinoamericana, sin embargo, el significado depende del contexto social y político en el cual se aplique. Los términos castellanos mejor asociados al concepto de empoderamiento son: autofortalecimiento, control, poder propio, autoconfianza, decisión propia, vida digna de acuerdo con valores, capacidad para luchar por derechos, independencia, tomar decisiones de manera autónoma y ser libre, entre otros.

Según el Banco Mundial, el empoderamiento implica tres procesos fundamentales: (i) la transformación de la pasividad en acción, (ii) el desarrollo del poder de una persona o comunidad sobre sí misma, y (iii) el descubrimiento de la realidad para fortalecer capacidades y superar dificultades .

En una perspectiva más amplia, empoderamiento significa aumentar la autoridad y el poder del individuo sobre los recursos y las decisiones que afectan su vida; la expansión de la libertad de escoger y actuar sobre las circunstancias socioeconómicas y políticas que lo afectan. En la medida en que los pobres comienzan realmente a escoger y decidir cómo enfrentar sus problemas, van incrementando el control sobre sus propias vidas.

De acuerdo con este punto de vista, el empoderamiento se refiere al incremento de los activos y las capacidades de grupos e individuos diversos, con el objetivo de participar, negociar, influir y controlar aspectos que afectan su bienestar.
Para lograr el empoderamiento es necesario promover el desarrollo de capacidades individuales y colectivas de la población, de modo que éstas aprovechen las oportunidades que el entorno les brinda , permitiéndoles contar con bienes y servicios para acceder o mantener un nivel de vida adecuado. Este desarrollo de capacidades debe estar acompañado de una expansión de las mismas para poder elegir y actuar.

En este sentido, empoderar implica remover aquellas barreras institucionales formales e informales que impiden a los individuos emprender acciones para aumentar su bienestar y limitan sus capacidades de elección .

El empoderamiento contempla cuatro aspectos claves para lograr la remoción de las barreras económicas, sociales, políticas y culturales que obstaculizan la capacidad de los individuos de elegir y acceder a oportunidades: (i) acceso a información, (ii) inclusión y participación, (iii) responsabilidad o rendición de cuentas, y (iv) capacidad organizativas locales.

El acceso a información se torna un elemento clave para el empoderamiento, en tanto que los ciudadanos informados están mejor preparados para aprovechar oportunidades, obtener servicios, velar por sus derechos, asumir sus deberes, negociar eficazmente, y controlar las acciones del Estado y de los actores no estatales. Es necesario que las poblaciones pobres cuenten con información relevante, oportuna, clara y comprensible para que puedan actuar de una manera adecuada.

El empoderamiento, utilizado como medio para alcanzar un mayor desarrollo, requiere de una inclusión social que permita la eliminación de obstáculos institucionales y, a la vez, el desarrollo de incentivos que aumenten el acceso de diversas poblaciones a oportunidades de desarrollo, capacidades y activos.

Es precisamente esta necesidad de inclusión social, la que se ha visto negada en el país, pues en la actualidad, muchas personas viven y se autodefinen como excluidos, en medio de un clima político adverso donde la representatividad está cada vez más en duda.

viernes, 27 de enero de 2012

El espacio público como catalizador de colectividades locales

Este articulo ha sido escrito por Domenico Di Siena para el blog “La Ciudad Viva“, una iniciativa de la Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía.

La ciudad contemporánea vive un complejo proceso de transformación. Las relaciones sociales y la vitalidad urbana de los barrios son cada vez más escasas y fragmentadas.

El espacio público ha dejado de ser un espacio de oportunidad para la colectividad, sus administradores parecen considerarlo exclusivamente como un espacio problemático y solo actúan para vaciarlo y prevenir cualquier tipo de problema, limitando todo tipo de actividad espontánea de los ciudadanos. Todo queda bajo control y en algunos casos ese control se vuelve casi policial.

Como explica Manuel Delgado el espacio público desde su nacimiento con la modernidad se ha configurado como un espacio donde el Estado pretende desmentir la naturaleza asimétrica de las relaciones sociales que administra, ofreciendo el escenario “perfecto” para el sueño imposible del consenso equitativo en el que puede llevar a cabo su función integradora y de mediación.

La idea del espacio público como garantía de la democracia y como espacio de libertad para los ciudadanos se encuentra hoy en profunda crisis.

La población urbana se caracteriza hoy por su elevada heterogeneidad y fragmentación, pues conviven grupos humanos con diferencias relevantes en materia de estructura sociodemográfica, estatus socioeconómico, estilos de vida, pautas de consumo, sistemas de valores, actitudes, percepciones y preferencias.

Ofrecer ese espacio de convivencia e igualdad es una tarea muy difícil; la realidad actual ha superado a los responsables encargados de gestionarla. Los administradores (políticos) han asumido que los espacios públicos ya no son políticamente rentables y actúan en consecuencia, con miedo.

Este miedo a perder el control, a meterse en el barro y mancharse, hace que las iniciativas tiendan a restringir las posibilidades de los espacios y a catalogarlos de manera que su uso esté definido y acotado, frente a la infinidad de situaciones que se pueden producir en un contexto con tantos elementos distintos (…) prefieren simplificar y podar, reducir la complejidad en lugar de estudiarla y potenciarla, legislando desde la restricción. (Juan López-Aranguren Blázquez, 2009)

Las sociedades occidentales están pasando de producir comunidades a producir colectividades, donde la escasez de solidaridad entre sus miembros obliga a una mayor necesidad de organización colectiva.

Manuel Delgado nos recuerda que lo que une a las personas y las convierte en poderosamente solidarias no es que piensen lo mismo, sino que experimentan y se transmiten lo mismo. (…) La comunidad se funda en la comunión; la colectividad, en cambio, se organiza a partir de la comunicación. En apariencia, la comunidad y la colectividad implican una parecida reducción a la unidad. La diferencia, con todo, es importante y consiste en que si la comunidad exige coherencia, lo que necesita y produce toda colectividad es cohesión.

Reproducir las condiciones para que volvamos a tener comunidades urbanas en lugar de colectividades en muy difícil.

Probablemente, lo más sensato es trabajar para facilitar ese proceso de comunicación que según Delgado produce y alimenta una colectividad: devolver a los espacios públicos esa función de experimentar colectivamente y transmitir de manera transparente información local.

Para perseguir este objetivo sería interesante apostar por un uso innovador de las nuevas tecnologías que permitan amplificar las oportunidades de comunicación y por tanto ampliar los “límites” y la función de estos espacios.

Según Juan Freire la crisis de los espacios públicos (físicos) urbanos se debe también a la falta de un diseño (abierto) que vuelva a ofrecer a los ciudadanos un verdadero interés para que lo usen. En búsqueda de nuevas soluciones habla de “espacios híbridos” para hacer referencia a las oportunidades ofrecidas por la hibridación de lo físico con lo digital en los espacios públicos.

Sin embargo hoy podemos dar por asumida la existencia de una piel digital que caracteriza los espacios públicos y nos podemos dedicar a definir cualidades y características; y empezar a hablar de “espacios sensibles” haciendo referencia al carácter “vivo” de estos espacios; a su capacidad de promover una relación bidireccional con sus usuarios, de catalizar redes sociales hiper-locales y visualizar de manera transparente la información relacionada con el entorno.

La integración de tecnologías digitales en el espacio físico (para crear “espacios sensibles”) puede ser un medio para desarrollar nuevas dinámicas de comunicación y relación entre vecinos, capaces de mejorar la cohesión de las colectividades locales.

Para comprobarlo será necesario investigar sobre posibles sinergias, influencias y dependencias entre cuatro conceptos: el procomún, el espacios público, espacios comunes y nuevas tecnologías.

Internet parece ofrecer un “lugar” para las relaciones sociales alternativo a los lugares “tradicionales”. Este hecho se puede entender como un problema causante de incrementar el sucesivo vaciamiento del espacio público; o por el contrario, se puede considerar como una extraordinaria oportunidad para fortalecer las relaciones sociales locales: Internet es hoy en día el “lugar” donde con más éxito se están experimentando modelos de gestión colectivos.

El paradigma del procomún (commons) reconoce que la creación de valor no es una transacción económica esporádica ­­como mantiene la teoría del mercado­­ sino un proceso continuo de vida social y cultura política. En lugar de constreñirnos con la lógica del derecho de propiedad, de los contratos y de las impersonales transacciones de mercado, el procomún inaugura un debate más amplio, más vibrante y más humanista. Se pueden renovar las conexiones entre nuestras vidas sociales y los valores democráticos, por un lado, y por otro entre el rendimiento económico y la innovación. Ganan una nueva legitimidad teórica temas que de otra forma se habrían dejado de lado, como las virtudes de la transparencia, el acceso universal, la diversidad de los participantes, o una cierta equidad social. Es indudable que el procomún juega un papel vital en la producción económica y social de nuestros días. Cuándo se aceptará plenamente ese papel, o cómo afectará a nuestras futuras actuaciones, es algo que debemos dilucidar. (Bollier D., 2003)

El concepto de espacio común hace referencia a la idea de espacios que no están sujetos a ningún orden pre-establecido, son espacios que se crean por la necesidad o una acción del momento en el que actúan dos o más personas. 

Como nos recuerda Eduardo Serrano, estos espacios se crean casi siempre en las fronteras, en ese espacio donde dos mundos se encuentran, se tocan o colisionan. La necesidad o la simple creatividad de sus “usuarios” es el elemento portante y estructurante de estos espacios.

El espacio público puede volver a desempeñar una importante función dentro del sistema económico y social contemporáneo al caracterizarse como espacio de acceso universal y desarrollo del procomún. Este protagonismo se podría conseguir utilizando las redes y medios sociales como catalizadores de las relaciones entre vecinos, y las nuevas tecnologías como equipamiento básico para el intercambio y la visualización de información local.

Diseñar los espacios públicos como lugares donde garantizar el libre intercambio de información y promover la transparencia de la gestión del propio entorno volverá a dar a estos espacios un papel fundamental para la sociedad; volviendo a tener la vitalidad que actualmente parece haber perdido.

Este articulo ha sido escrito por Domenico Di Siena para el blog “La Ciudad Viva“, una iniciativa de la Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía.

martes, 24 de enero de 2012

PROPUESTA PARA LA CREACIÓN DE LA ASOCIACIÓN DE ESTUDIANTES Y EGRESADOS DE PLANEACIÓN TERRITORIAL UAM-X


Hace algún tiempo lanzamos esta convocatoria abierta; hoy sigue disponible para aquellos colegas que deseen integrarse...


La Licenciatura en Planeación Territorial de la Universidad Autónoma Metropolitana – Unidad Xochimilco se encarga de formar interdisciplinariamente profesionales con una visión de conjunto de la dimensión territorial del desarrollo, y su plasticidad para la comprensión de los procesos urbanos (entendido no solo como lo concerniente a la ciudad) y con capacidades investigativa, propositiva y operativa para la resolución de problemas de las ciudades, pueblos y regiones; elaborando planes y programas de desarrollo urbano con  propuestas de regulación o reestructuración de núcleos de población, usos y reservas de suelo, vivienda, equipamientos, servicios públicos, redes de infraestructura, vialidad y transporte, dentro del sector público, la iniciativa privada y organizaciones de la sociedad civil. 
 
Su representación estudiantil 2010-2011 en el H. Consejo Divisional de Ciencias y Artes para el Diseño decidió promover esta convocatoria abierta para la creación de esta Asociación de Estudiantes y Egresados desde agosto de 2010, con el fin de avocarse  a la resolución de problemáticas y asuntos internos de gran relevancia para la comunidad y vida académica y, además promover la reflexión-acción sobre nuestra formación.
 

¿QUÉ QUEREMOS HACER Y DÓNDE?
 

  • Propiciar la coparticipación activa de los estudiantes  y egresados de P.T. por medio de la realización de proyectos y  propuestas emanadas de la misma comunidad para participar  en la vida académica y profesional y dar seguimiento a proyectos que se adecuen a las necesidades de la sociedad dentro y fuera de la Universidad particularmente para producir herramientas alternativas de autogestión del hábitat cotidiano para:Comunidades “marginadas”, Las localidades donde vivimos, y para Nosotros: estudiantes y egresados de P.T.
¿PARA QUÉ?

Generar y encontrar formas alternativas de:

  1. Adquirir experiencia profesional; 
  2. Participar y ejercer nuestros derechos, 
  3. Insertarnos laboralmente, 
  4. Generarnos ingresos y 
  5. Formarnos con ética y conciencia social, 
...a través de la generación de consensos en la elaboración de proyectos territoriales micro-sociales.

¿POR QUÉ?

Hace falta una profunda reflexión sobre nuestro futuro profesional en el contexto nacional, mundial y local; lo que sí podemos hacer realmente y que necesitamos aprender y reforzar.

  • Vincularnos con diversos agentes sociales en la participación-gestión de nuestro hábitat cotidiano (casa, barrio, localidad, comunidad P.T., CYAD, UAM-X, etc.) 
  • Combatir los pretextos de nuestra falta de experiencia laboral, De organización para el trabajo interdisciplinario y De contacto y comunicación con la población excluida o necesitada de herramientas de gestión, planeación y conocimiento micro-regionales. 
  • Combatir la competencia individualista con la cooperación y la solidaridad.
¿CÓMO HACERLO Y CUÁNDO?
 

  • A. Brindando nuestro apoyo a comunidades afectadas por catástrofes, primero mediante el acopio de recursos económicos y en especie. Posteriormente mediante voluntariado capacitado en protección civil y colaboración en la reconstrucción de su hábitat.
  • B. Participando en convocatorias gubernamentales, privadas y de la sociedad civil que promuevan proyectos en materia de: Participación social, Gestión del hábitat local, Mejoramiento barrial, Imagen urbana, Investigación micro-histórica local, Alternativas urbanísticas, ambientales y productivas  locales, dándole prioridad a zonas y comunidades en condiciones de vulnerabilidad social y económica, mediante propuestas de acción integrales ante problemáticas particulares.(ONU, UNFPAD, UNESCO, SEDESOL, IMJ, UVM, DB, etc).
  • C. Promoviendo y fomentando acciones de las Organizaciones de la Sociedad Civil, mediante el apoyo, consultoría y asesoría técnica, legal, de diseño y de otras herramientas de gestión y participación comunitarias para su hábitat cotidiano. (asociaciones de colonos, vecinales, campesinas; ambientalistas, administraciones de U.H., ejidos y comunidades indígenas.)
  • D. Formando talleres extraescolares de:
  1. Interpretación, instrumentación y aplicación: Teórica, Jurídica, Cartográfica y fotogramétrica, y Estadística. 
  2. Formación y edición de: Cartografía digital, y Proyectos, artículos y documentos. 
  3. Tecnologías alternativas para P.T. 
  4. “Navegación Urbana”.
  • E. Socializando nuestras experiencias a través de redes sociales (facebook, twitter, blogspot, etc), foros informativos (UAM-X, ANPUD, RNIU, etc.) y reportes para publicaciones (espacio diseño, Diseño y Sociedad, Ciudades).
¿QUIENES Y CON QUÉ LO HAREMOS?
 

  • Nosotros: estudiantes y egresados de Planeación Territorial  (UAM-X) realizaremos estas actividades con tiempo, voluntad y dinero propios a través de:
I. Convivencias, participación en convocatorias y apoyos institucionales.
II. Luego de nuestra constitución legal, también a través de donaciones y aportaciones.


¿QUÉ NECESITAMOS PARA EMPEZAR?
 

1. Discutir esta propuesta y hasta reconstruirla para definir la mejor forma de organizarnos, por lo cual invitamos a todos los interesados a unirse, a participar y a proponer, ya sea como miembros de la comunidad P.T., como asesores o benefactores (que vendrían excelente), o como potenciales beneficiarios.
 
2. Contactar a todos los posibles interesados que no puedan tener acceso por este medio y a aquellos que puedan brindarnos la ayuda necesaria para llevar a cabo esta propuesta en todas las escalas posibles.


3. Diagnosticar nuestra situación como estudiantes y egresados en el contexto universitario y laboral nacional para determinar las expectativas de esta propuesta.


4. La disposición de participar y el compromiso de orientarnos prioritariamente a apoyar procedimientos de autogestión y solidarios de producción social del hábitat, priorizando sus valores de uso por encima de las definiciones mercantiles, tomando como base las necesidades habitacionales de la población vulnerable y su capacidad de gestión y toma de decisiones.
 

RETO A LA PARTICIPACIÓN!!!


  • “A todos nos corresponde decidir si participamos o no en los programas de desarrollo que se llevan a cabo en nuestras comunidades; si no participamos, éstos  probablemente se harán de todas maneras y los beneficios serán para personas con intereses individualistas y que no lo necesitan más. 
  • Si hay participación, es más probable que los beneficios sean para los más necesitados…y si participamos podemos actuar para que se lleven a cabo correctamente y se cumpla con los beneficios para los que fueron creados.
  • Tendremos la posibilidad de sugerir que es lo que hay que hacer; podemos criticar lo que se hace mal; podremos vigilar que los organismos y los funcionarios sean honestos y eficaces;
  • Podremos exigir que nuestra opinión sea tomada en cuenta y podremos lograr que los programas nos lleven a elevar la calidad de nuestras formas de vivir.” 
Para involucrarte y/u obtener mas información sobre esta propuesta, contactanos a través de:
https://www.facebook.com/PLANEACIONTERRITORIALUAMX
  (@eyeptuamx)


eyept.uamx@hotmail.com